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Agradezco a cada uno de mis hijos, sus esposas y mis nietos, quienes, en sus conversaciones y visitas periódicas los domingos, me brindaron su apoyo a través de sus comentarios y recomendaciones, desde la primera edición de esta obra:
“Raíces y Memorias”.
Mis agradecimientos especiales a Walter Iturralde Muñoz, mi esposo, mi compañero de vida - por su paciencia de
Job - quien, durante el último par de años del desarrollo de este libro, puso a prueba su amor y tolerancia.
Quiero dejar mi imperecedero agradecimiento por todo el apoyo a cada integrante de la familia que aportó con información clave y con material gráfico que ahora publicamos. En ciertos casos hemos tenido que apoyarnos con material de dominio público disponible en las redes.
Gracias especiales a Gustavo González Garneff
por su valiosísima gestión de coordinación y apoyo en la validación de la información en la ciudad Cuenca y otros lares. A
Rubén Muñoz Moreira mi agradecimiento por sus testimonios e inspiración.
Considero que un libro de esta naturaleza, que recoge la existencia de las personas, tiene gran valor hoy, sin embargo, es un
“hoy atemporal” válido para las generaciones futuras sin tiempos de caducidad. A pesar de considerar que
“este libro ya está listo”, debo confesar que es “una obra inconclusa” y siempre lo será, pues desde el momento que se cerró la edición, ya hay nuevas vidas que se están gestando, personas que crecen y mientras la historia sigue evolucionando, otros que nos dejarán su legado.
“Raíces y Memorias” ha requerido de un prolijo cuidado en el proceso de investigación, de sus referencias, basados en sus propias historias compartidas, de sus anécdotas y recuerdos, de sus vivencias. Ha sido un proceso de gran acuciosidad en la validación de las fuentes para seguir las conexiones en el pasado y encontrar vínculos familiares que se corroboran y que hemos ido sustentando a través del tiempo.
La familia Muñoz es tan numerosa que fue necesario realizar la investigación sólo por línea directa con las referencias de quienes han fallecido, procurando la validación de la información que algunos casos ha sido más sencilla que en otros, en los cuales no logramos conseguir datos, por algún tipo de razones personales y otros, que abiertamente no han querido colaborar. El concepto histórico de las investigaciones genealógicas no pretende el inmiscuirnos en aspectos que podrían ser considerados impertinentes, sino en registrar la presencia de la persona como parte de la comunidad familiar.
Presento a ustedes este trabajo que aún después de varias revisiones, seguramente encontraremos imprecisiones, errores y omisiones, pero será parte de la permanente construcción a la cual hago referencia.
Agradezco de sobremanera a Francesco Oswaldo Llaguno Trasmonti, genealogista e historiador, quien me acompañó a lo largo de los 6 años que tomó el proceso de investigación genealógica.
Mi intención es unir a las familias y mantener el mismo orgullo de ser parte de estas, y que sus valores personales y familiares, sean los verdaderos sustentos de su estirpe, linaje y nobleza, desde la nobleza de corazón.
¡Gracias por todo ese apoyo!
Santiago de Guayaquil, diciembre 13 de 2016
María Elvira Tagle Llaguno de Iturralde Muñoz
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